UN VIAJE, POR ALGUNAS DE LAS MÁS BELLAS POBLACIONES DE ARAGÓN.  
Origen: Teruel.
Destino: Alcañiz.
Provincia: TERUEL.
Estación recomendada: todas.
Duración estimada: 2 horas y 41 minutos.
Km. del recorrido: 218.7 Km.

El viaje que hemos marcado, tiene como origen la ciudad de Teruel y sigue por las poblaciones de Mora de Rubielos, Andorra y Calanda, para finalizar en Alcañiz. Es una ruta perfecta para realizarla en invierno, y así poder disfrutar de la nieve.  

Teruel dibuja a lo largo de sus 14.804 kilómetros cuadrados paisajes de gran belleza, en donde pueden contemplarse una gran variedad de aspectos: desde las serranías de Albarracín a la comarca olivarera de Alcañiz. Sin duda, los parajes hermosos no faltan en esta provincia.

Un rasgo característico de Teruel es su gastronomía. Su cocina y sus vinos corresponden al tipo de alimentación adecuada al clima de la región. Así, son abundantes las grasas y las carnes, y en las zonas rurales la base de la alimentación es el cerdo. Sus jamones tienen una fama muy reconocida, y su exquisito sabor deriva del modo en el que se curan. Los vinos que pueden degustarse son fuertes, ásperos y de alta graduación. Como vemos la cocina de Teruel es contundente, ya que con ella los turolenses han de hacer frente a los duros inviernos de la tierra.

LA CIUDAD DE LOS AMANTES Y DEL ARTE MUDÉJAR 
Teruel es un lugar en el que se puede disfrutar del arte mudéjar, de la caza, la pesca, los deportes de invierno y de la tradición ceramista, de la que existen bellos ejemplares en el Museo Provincial y en colecciones particulares.

Si el visitante quiere saborear al máximo la ciudad, debe dirigirse a la Iglesia de San Pedro, lugar en el que se encuentra la Capilla de los Santos Médicos o ‘Los Amantes de Teruel’.

Cuenta la leyenda que allá por el siglo XIII, vivían en Teruel dos jóvenes hijos de noble familia: Juan de Marcilla e Isabel Segura. Dos jóvenes que se enamoraron locamente pero, ante la negativa del padre de ella para acceder al matrimonio, él decidió marchar para hacer más riqueza. Isabel le esperó durante cinco años, pero como no volvía el padre de la dama le hizo casarse con otro vecino de la villa.

Cuando el joven y fiel amante regresó, viendo lo ocurrido, sólo le pidió un beso a su amada. Isabel se lo negó y Juan de Marcilla cayó muerto a sus pies. El día del entierro de Juan una dama cubierta le dio un beso. Era Isabel y allí quedó muerta.

Sin duda, esta bella y trágica leyenda es motivo suficiente para visitar Teruel, una ciudad que, además, destaca por sus construcciones mudéjares, algunas de ellas las más hermosas de toda la región. El viajero puede contemplar que el arte mudéjar es claro definidor del paisaje urbano de la localidad.

Algunas de las joyas de este estilo son la Catedral, llamada antiguamente Santa María de Media Villa y levantada en el siglo XII, o la Parroquia de San Pedro, en la que destaca la ornamentación de su torre de ladrillo. Otro importantísimo ejemplar es la torre de San Martín. La torre de planta cuadrada del Templo de la Merced es otra muestra del movimiento hispano-musulmán del s. XVI.
 
EL ARTE DE LA CIUDAD DE MORA DE RUBIELOS 
Tras dejar la ciudad de Teruel, nos adentramos en Mora de Rubielos. El visitante podrá disfrutar del maravilloso Castillo gótico ubicado en la loma de la Sierra de Gúdar y de otras maravillas como la Iglesia ex–colegiata de Santa María, la Ermita de la Dolorosa, la de Loreto y la de San Roque.

El visitante tiene mucho para disfrutar en esta villa, ya que además de sus emblemáticos monumentos, en los alrededores existen bellos paisajes. No en vano, el territorio de Mora de Rubielos está ocupado por formaciones forestales, que abarcan cerca de 10.504 hectáreas. Estos bosques están formados por especies como el pino rodeno, el pino laricio y el pino negro.

Los amantes de la naturaleza, sin duda, tienen aquí un tesoro por descubrir, sin mencionar que, además, son abundantes los pastizales de cumbre, matorrales almohadillados, sabinares y algunos rodales. Entre la fauna, por otra parte, se encuentran algunas especies amenazadas, sobre todo rapaces y algunos vertebrados superiores como la nutria.

No se puede abandonar Mora sin disfrutar de su rica gastronomía, basada en los productos locales como los cereales, las legumbres, las hortalizas, las carnes de cerdo, oveja y conejo... El jamón es uno de sus productos más conocidos, jamón serrano de bodega y con Denominación de Origen.

ANDORRA, UN LUGAR PARA LA DEVOCIÓN   
La población de Andorra ha sabido mantener su honda raigambre minera y conjugar su futuro industrial con sus tradiciones. Uno de sus atractivos principales es la Semana Santa, que se vive con gran devoción y entusiasmo. Cuando llega esta festividad, los habitantes de la villa son testigos de una emotiva procesión en la madrugada de viernes Santo. Lo más destacado de ella es, sin duda, el ‘Cristo de los Tambores’.

Andorra fue asentamiento de la cultura íbera, por ello, el visitante tiene la oportunidad aquí de admirar importantes vestigios de poblados, como El Cabo o El Cabecico Royo.

Tampoco debe abandonar la localidad sin visitar la iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora, templo renacentista del siglo XVII y un bello exponente del manierismo aragonés, ni la ermita del Pilar, una auténtica joya del estilo gótico levantino.
 
CALANDA, MUNICIPIO DEL BAJO ARAGÓN  
Calanda está ubicada en la Comarca del Bajo Aragón y es famosa internacionalmente por su tradicional Fiesta de Semana Santa. Durante esta celebración, el visitante puede participar en la popular ‘ruta del tambor y del bombo’.

Calanda es también el municipio ideal para disfrutar de una excelente restauración. Los platos típicos son las sopas de ajo y el cordero a la pastora. En cuanto a la repostería, cuenta con una extensa y suculenta variedad de postres hechos a base de almendra, nuez o coco. Y de postre, sus famosos melocotones.

ALCAÑIZ, UNA GRAN CIUDAD DE TERUEL  
La ciudad de Alcañiz es la segunda población más importante de la provincia de Teruel. Por Alcañiz pasan importantes rutas turísticas como la ‘ruta del tambor de Semana Santa’, o la ‘ruta de los Tres Reyes’, que comparte con las localidades de Tortosa y Morella.

La población celebra sus Fiestas Patronales del 8 al 13 de septiembre, aunque a lo largo del año existen numerosas excusas para visitar la ciudad, como la celebración de la Semana Santa (con la emotiva procesión del ‘Sellado del Sepulcro’ y la suelta de palomas en la plaza porticada el mismo domingo de Resurrección), la festividad de San Jorge, o el famoso ‘Gran Premio de Automovilismo Ciudad de Alcañiz’.

Alcañiz es una ciudad llena de historia y de arte con un rico patrimonio monumental en el que destacan construcciones tan significativas como el castillo de los Calatravos, edificado por los árabes en el siglo XII sobre la loma de Pui Pinos, y reformado a lo largo de los siglos. De él sobresale su Capilla románica, el Claustro protogótico y la Torre del Homenaje gótica.

No se puede dejar de visitar la Ex-Colegiata de Santa María la Mayor, con su Campanario del siglo XIV, la Lonja y el Ayuntamiento, verdaderas joyas de la arquitectura civil gótica, así como las numerosas iglesias de la población.

Alcañiz es, sin lugar a dudas, el lugar ideal para finalizar esta ruta por tierras turolenses, una ruta en la que, además de todo lo mencionado, se puede disfrutar de la nieve que todos los inviernos proporciona a la provincia un paisaje sin igual.

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