La visita al Museo Guggenheim creo que como toda la gente que lo visita es una muy buena excusa para escaparnos a Bilbao y descubrir que a parte del edificio de Frank Gehry la ciudad Vizcaína dispone de atractivos que nos sorprenderán. Se puede llegar a Bilbao de muchas maneras yo decidí ir en avión pues solo tenia el fin de semana para hacer este viaje

Una vez alojada en la ciudad, lo más practico es movernos en metro (interesante obra de Norman Foster)o andando, ya que las distancias entre los puntos que vamos a visitar no superan los dos kilómetros. Bilbao, según me cuenta la gente de allí,  para los que la conocían hace algunos años, ha sufrido una transformación espectacular. Ya no tiene nada que ver con la urbe industriosa de antes, ahora se puede disfrutar de los colores de los edificios y de los parques. La ría se ha convertido en el eje sobre el que se refleja el nuevo Bilbao; El Guggenheim, los nuevos puentes (Calatrava), las torres de Izoaki, el paseo de Uribitarte y Abandoibarra, con sus centros comerciales y hoteles (Sheraton). La eliminación del trazado ferroviario que discurría paralelamente a la ría ha permitido recuperar este espacio para la ciudad.

Primer día.
Llegue y me instale en el hotel. Salí a pasear por los alrededores y me dirigí al casco viejo popularmente conocido como siete calles. Podemos tomar unos vinos mientras localizamos algún restaurante donde cenar. Una opción alternativa es la de llenar los estómagos comiendo pinchos, comenzaríamos el recorrido en la plaza nueva en un conocido bar de vinos y canapés (Víctor Montes), continué dirigiéndome hasta la catedral de Santiago para enfilar la calle del perro hasta el antiguo edificio de la bolsa y la calle Jardines. Satisfechos y embriagados de sabores y otras sustancias nos retiramos pronto para poder madrugar la mañana siguiente.

Segundo día.
Me levante temprano para acercarme hasta el museo Guggenheim. Si tenéis suerte o habéis elegido para la visita un día fuera de las fechas fatídicas (vacaciones y puentes) es posible que no tengáis que esperar mucho tiempo para poder entrar. A la hora de planificar la visita es conveniente saber si permanecen abiertas todas las salas del museo, hay periodos en los que por cambios de exposiciones, algunas de las dedicadas a los fondos del museo están cerradas.
Me tome el tiempo necesario para la visita y a la salida pare en la cafetería del museo para ver el mapa y decidir mi siguiente visita. Cerca del museo, al inicio del recorrido propuesto en el mapa, esta el bar-restaurante Zuretzat, visita obligada de todos los visitantes del museo. Junto al espacio que ocupa el museo se ha diseñado un parque, Abandoibarra, y un paseo que nos permite caminar a lo largo de la ría contemplando el área metropolitana que mayor transformación ha sufrido en la ciudad.

En el trayecto que va desde el palacio de congresos y exposiciones Euskalduna hasta el mismo casco viejo, por toda la orilla como cantaba la sardinera de Santurce, podemos disfrutar de numerosas esculturas al aire libre, puentes de diseño como el de Calatrava o las torres del arquitecto japonés Izoaki. Por esa misma zona se encuentran algunas de las galerías de arte más conocidas de Bilbao.

Si por la tarde tenéis ganas de visitar más sitios, tenéis una ocasión inmejorable para visitar el magnífico Museo de Bellas Artes, recomendable colección de arte del siglo XIX , XX y colecciones temporales de gran interés(lunes cerrado, entrada 5€, miércoles gratis)cerca del Guggenheim junto al parque de Doña Casilda. Si nos va más la línea etnográfica, el museo histórico nos permitirá conocer algo más sobre la vida y las costumbres de los vascos, en el casco viejo cerca de la catedral y junto al palacio Euskalduna, el museo del marítimo.

La verdad es que fue un viaje muy tranquilo y enriquecedor, me gustó muchísimo el ambiente nocturno y lo bien que se come en sus tabernas, si tenéis poco tiempo y queréis hacer una escapada corta os lo recomiendo.