470 Km. de la Ciudad de Buenos Aires, y 10 km. de la localidad balnearia de Miramar, son lo que nos separan de La Ballenera, predio cedido por su propietario Felipe Amadeo al club de pesca Albatros para su utilización. Esta situación precaria, (por llamarla de alguna manera), en la actualidad también es una preocupación. Sucede que al fallecer el dueño de la propiedad, los herederos renuevan el préstamo a la institución cada tres meses, lo que impide que tanto las autoridades del club como las personas a cargo se animen a realizar inversiones de infraestructura. Como el futuro está demasiado cercano , se está planteando la necesidad de extender la cesión a un plazo de al menos 10 años para poder desarrollar más libremente sus proyectos .

Este es un espejo de agua de escasa profundidad, circundado por una pared de juncos en todo su entorno, salvo en el sector destinado a los servicios. Allí se destaca la tarea realizada por Javier Vilchez y su familia. Lo que era un pastizal lo convirtieron , con meses de trabajo, en un amplio parque con parrillas, baños, proveeduría ,luz eléctrica, juegos para niños y un muelle de madera desde donde parten los botes a remo ya sea para el paseo o para intentar la pesca del pejerrey que posee la laguna. Todo es aprovechado por vecinos que llegan de Miramar, Mar del Sur o Mar del Plata y abonan $ 2.- por auto para disfrutar de esas instalaciones.

Aquí no se permite la navegación de motores a explosión , por lo tanto, los pescadores, que pagan $ 15 por caña como costo adicional a la entrada, (con derecho de utilización de un bote y una porción de mojarritas vivas como carnada incluida), tienen que remar para desplazarse por la laguna. Lo cierto es que esta dificultad no lo es tanto, dado a que la Ballenera tiene solo 46 has y acceder a cualquier destino dentro de ella es algo bastante sencillo. No tan simple, es llegar a la cuota de 10 pejerreyes permitida , no por falta de peces, sino por las dificultades que estos ofrecen al momento de tomar las carnadas.

En esta pequeña laguna la pesca es un desafío, el equipo a utilizar debe elegirse con cuidado al igual que las líneas y la profundidad de las bajadas con los anzuelos. Lo recomendable es una caña de buena acción de punta de 4 / 4,20 mts., línea de tres boyas medianas de madera balsa y anzuelos del tipo Mustad 277F N° 1. El pique es tan franco como esquivo, un toque, leve desplazamiento lateral de la boya y...se fue, es la constante con el conocido e intraducible lamento por el yerro. Solo los lugareños parecen tener la verdad sobre la fórmula del éxito, llegan, pescan y se van en cuestión de minutos ante la mirada atónita de los remeros con caña que deambulan refunfuñando por el lugar.

La invitación, se dijo, es un desafío, pero, cómo no invitarlos a un sitio donde pueden compartir el bote con sus pequeños hijos librados de grandes preocupaciones, despuntar el vicio mientras la familia se divierte en el camping, o simplemente para demostrarles a los dueños de casa, que nosotros de esto, también sabemos