Quito, la capital ecuatoriana, se caracteriza por ser uno de los centros históricos mejor conservado de toda latinoamérica. Su legado cultural, fruto de los habitantes que a lo largo de los siglos poblaron la tierra, es invaluable y, dentro del mismo,  se destaca el Museo de Sitio Intiñan.

Y no podíamos irnos de Ecuador sin conocer Intiñan, sin conocer el centro mismo del mundo, en donde está ubicado: sí, en la latitud 0º 0` 0“. El Museo entero está pensado como un espacio didáctico y de promoción de las distintas civilizaciones autóctonas que, a lo largo de la historia, forjaron la nacionalidad ecuatoriana.

Dentro de Intiñán se pueden apreciar chozas autóctonas de cientos de años de antigûedad, la flora y fauna típica de las regiones del Ecuador, tales como cuyes vivos, llamas, insectos, culebras, galápagos, así como también artesanías, plantas medicinales, implementos de caza y pesca, bailes típicos de la comunidad Salasaca, etc. Además, un bosque de tótemes representa los clanes y pueblos de América cubiertos por su Dios Sol; el Reloj Solar, único en el mundo, que contiene dos caras sobre la línea equinoccial, un calendario agrícola, piedra índice de las 4 estaciones, indica los solsticios del 21 de Junio el día más largo en el norte del planeta y el 21 de Diciembre al sur y los equinoccios del 21 de Marzo y 23 de Septiembre cuando el sol cae perpendicular y no existe sombra alguna.

Uno de los momentos más interesantes del recorrido por el Museo fue aquél en el que nos fueron enseñados los efectos de las aceleraciones centrífugas, y otro en el que, al balancear un huevo en la cabeza de un clavo, en el centro magnético de la tierra, pudimos comprobar que estábamos, efectivamente, en la Latitud Cero y en donde los cuerpos pesan menos.

Por eso recomendamos a todo turista que visite Ecuador hacerse tiempo para conocer Intiñan, porque es una experiencia que, sin dudas, vale la pena. Además, ¿cuántas veces podrá uno volver a decir que está en el centro mismo de la tierra?

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