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 AMAZONAS, EMBRUJO VERDE DE COLOMBIA

 Escribe el relato: Gloria Segura

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Amazonas....embrujo verde de colombia

Leticia, Colombia — martes, 27 de julio de 2010

Existen sueños que se acarician durante mucho tiempo y cuando se hacen realidad se disfrutan el doble. Conocer Amazonas fue uno de mis grandes sueños y lo acabo de hacer realidad.

Salí de Bogotá con una mochila llena de ilusiones, muchas recomendaciones a bordo y la capacidad de asombro despierta y lista a captar el menor detalle del viaje. Después de 2 horas de vuelo comencé a ver como un inmenso brócoli....era la selva virgen preciosa, inmensa, verde apenas pincelada por lineas curvas de agua que se atrevían a entrar a su territorio.

Al final del viaje el Amazonas en todo su esplendor y Leticia mi primer destino.....destino de paso porque una lancha me llevaría al Parque Natural Amacayacu (Río de las Hamacas) a una hora y media por el Río Amazonas. En el puerto todo comenzó a ser hermoso para mí, las lanchas, la gente tan amable, las tres fronteras que casi se tocan (Colombia, Perú y Brasil) hermanadas por este maravilloso río, La foto de rigor con Capax, emblemático nativo que recorrió a nado el Río Magdalena en 1976 y que ahora es guía y figura turística en Leticia. Malaquías el lanchero comenzó el viaje diciéndonos que el río estaba un poco bajo porque julio es època de verano, sin embargo mis ojos casi no podían abarcar tanta belleza, La vegetación a lado y lado a veces agreste, otras veces con cultivos, los pequeños caseríos indígenas y otras canoas de remos con los pescadores que regresaban de su faena, el olor del ambiente como a hierbas amargas y a madera húmeda.

El atardecer nos pilló en medio de la travesía. Las nubes color naranja se fundían en el río en una explosión de color que se confundía con el sol que se reflejaba en todo su esplendor. Al fondo la selva oscura y el sol que se internaba en ella buscando el descanso. Al final Unas lucecitas nos indican que habíamos llegado a Amacayacu......lugar de ensueño, paz, sosiego.....un sitio para pensar, para soñar, para aventurarse a experiencias extremas, para amigarse con la selva y sus habitantes, beber la sabiduría de los indígenas, hacer amigos que vienen buscando los mismos intereses, recibir el afecto de la gente nativa y percibir olores, colores, sabores y texturas nuevas......

Las malokas preciosas, con techo de paja y un pequeño “nido” como lugar de reposo. A las 10 de la noche se apaga la planta eléctrica y da gusto entregarse al descanso después de un día de grandes experiencias escuchando solo el sonido de los grillos, algunos pájaros y a veces el de la lluvia sobre la paja del techo. Las noches son frescas y las madrugadas una sinfonía de sonidos maravillosos. Frente a la maloka el río sigue majestuoso su recorrido y es muy relajante verlo pasar salpicado de pequeñas embarcaciones, algunos troncos que los nativos graciosamente llaman “troncodrilos”. Los indígenas poseen además de mucha cultura, un humor muy fino y atinado para cada ocasión. Inspiran respeto por su conocimiento de la naturaleza y no tienen inconveniente en transmitir sus conocimientos, responder preguntas y resolver dudas.

En la tarde los zancudos comienzan su danza diaria pero con un buen toque de repelente no hay problema. Sentados en playeras frente al río viendo el atardecer es el momento propicio para intercambiar historias con los otros visitantes.

Amanece y Cristobal nos presenta las opciones del día. Elijo subir al dosel de la selva. Una experiencia inenarrable.....hay que vivirla para sentirla. Con los arneses puestos, botas pantaneras, repelente, bloqueador solar y agua para hidratarnos salimos de Amacayacu y nos internamos unos kilómetros contemplando una vegetación exhuberante....alguien dijo y creo que es la definición más cercana a lo que vimos “Pareciera que estuviéramos en Pandora, el reino de Avatar” Arboles enormes, lianas que se trenzaban en los troncos, hojas gigantes, árboles de caucho que nos recuerdan la época de la Casa Arana la desmedida explotación del caucho que narra La Vorágine. Pasamos cerca a la quebrada Matamatá que es también el nombre de una tortuga con rasgos prehistóricos y de un árbol de la selva.

Al final del camino una ceiba de 45 metros de alto y en su copa una plataforma a la que debíamos subir para contemplar la selva en todo su esplendor. Armando nuestro guía pacientemente nos explica el modo de subir con cuerdas o por una escalera de mas de 300 peldaños. A medida que se va subiendo el corazón late más fuerte y el deseo de llegar se hace intenso......lograr la copa de la ceiba es el comienzo de la aventura. Al llegar a la cima …..qué espectáculo!! la selva a nuestros pies y a nuestro alrededor hasta donde la vista nos alcanza. Todos los matices de verde, pequeñas lechuzas en los árboles, pájaros que revolotean y extrañas lagartijas de formas exóticas que miran al grupo de aventureros que gritábamos y saltábamos de de felicidad por tocar la cima de la ceiba centenaria. Un descenso de 6 metros por cuerda nos lleva a un puente tibetano de 100 metros desde donde podemos contemplar la selva sobre un abismo de mas de 35 metros.....paso a paso para no perder el equilibrio, despacito contemplando el panorama llegamos a otra plataforma más pequeña. Desde allí en una caida libre de 35 metros por una cuerda tocamos tierra nuevamente y nos abrazamos felices de haber realizado esta maravillosa experiencia. De regreso a Amacayacu por otra ruta contemplamos otras especies de árboles y plantas....el árbol de la fertilidad muy apreciado por los indígenas cuyas ramas semejan el miembro masculino y las historias que se tejen sobre sus propiedades para conservar la virilidad.....

Nos reciben en Amacayacu con un almuerzo delicioso, frutas nativas como el copoazú y el Arazá, Jugos de sabores exóticos muy perfumados y refrescantes y el servicio maravilloso de los empleados del Parque. Un café para tomar fuerzas, un poco de charla y a las 2 de la tarde salimos hacia Macedonia una comunidad indígena a una hora por el río en una embarcación más pequeña......La tarde era maravillosa, la brisa, el sol y la alegría que nos producía conocer nuevas cosas. Llegamos a la Maloka y nos recibieron con unas refrescantes tajadas de papaya. Con sus trajes típicos ceremoniales, nos dan la bienvenida en su dialecto, nos hacen sentir como en familia y presentan para nosotros la “Danza de las abuelas” los bastones golpean el suelo de tierra, los pies se mueven ritmicamente y un canto muy suave inunda la maloka. Una mano se extiende y salgo a tratar de danzar con ellos, me ponen una corona de plumas y me integro a la danza......qué lindo momento sentirme un poco parte de sus costumbres. Al final me invitan a hacerme un tatuaje con una tinta que sacan de una fruto.

No es permanente pero es un recuerdo que me llevo además de algunas artesanías de palo sangre, tejidos, pulseras, mochilas y muchas cosas más que elaboran con los elementos que les ofrece la selva y ellos maravillosamente los transforman en objetos decorativos y utilitarios. Nuestro siguiente destino es una isla en el Perú donde veremos los delfines rosados, sagrados para los Tikunas. El cielo de repente comienza a oscurecerse y el viento sopla con fuerza. En cinco minutos la tormenta es demasiado fuerte y nuestra embarcación se mueve a merced de las olas que se han formado en el río. Nuestro guía nos recomienda devolvernos porque hay tempestad y mucho viento.....el regreso es un poco tenso pero maravilloso también ver la otra cara del río. Rizado “picado” dicen ellos, los “ troncodrilos” que bajan y hay que esquivarlos y el color del río se torna oscuro......la tormenta dura media hora y de nuevo el cielo de despeja y el río vuelve a ser un espejo pero ya es tarde para regresar, además los delfines no salen cuando el río está picado.

Volvemos a Amacayacu con el vacío de no haber visto los delfines pero después de la cena nos invitan a una charla con un funcionario de Parques de Colombia. En un auditorio (tipo maloka) donde hay cráneos de cocodrilos, delfines, la famosa “machaca” y otros animales nos reunimos a escuchar la charla. Comenzamos por saber que “Los Estoraques” en Santander son área Natural Unica por su formación geológica. Existen también los Santuarios de Flora y Fauna como Iguaque, Otún, Galeras, Isla de la Corota entre otros. Parques Nacionales Naturales como Tayrona, Ciénaga Grande, Islas del Rosario, Chingaza, Los Katíos, Sierra Nevada del Cocuy, Gorgona, munchique, Volcán puracé, Indi Wassi y Amacayacu, entre otros. Reservas Naturales Nacionales como Nukak y Punawai. Antes del conflicto con Perú en 1932, Colombia tenía mas de 1000 kilómetros de frontera en el Río Amazonas y paradójicamente después de ganar la guerra quedó con 150 Kilómetros que es lo que corresponde al Trapecio amazónico.

El nombre de su Capital Leticia fue puesto por el jefe militar del Perú en homenaje a su esposa. Esto en parte se debió a la ausencia gubernamental por parte de Colombia y las consecuencias fueron grandes.......pero lo que quedó es un territorio lleno de leyendas maravillosas como la del Delfín Rosado (llamado también Bufeo, Tonina o Boto) único de agua dulce que es gris cuando es pequeño y se torna rosado cuando es adulto. Existe un sinnúmero de leyendas que le atribuyen a este delfín poderes mágicos por lo que les hace intocables y respetados por los nativos. Según los nativos matarlos trae mala suerte y comerlos no es posible porque la leyenda dice que antes de ser delfines eran humanos y pueden volver a serlo cuando lo deseen .

Se dice que en las noches se convierte en un apuesto caballero que sale a la orilla del rio a enamorar a las mujeres de las comunidades. El delfín rosado amazónico es el animal acuático más romántico que podamos imaginar. Incluso, podemos llegar a decir que su comportamiento sexual puede asemejarse en cierta manera al de los seres humanos. Al igual que algunos hombres utilizan ramos de flores para atraer a las mujeres, el macho de esta especie sudamericanarecoge pedazos de madera, rocas o montones de lodo para captar la atención de las hembras. El ritual es ofrecer a la hembra sus ofrendas, llevándolas en el pico y  acercándose en posición vertical, muy cerca de la superficie, para después sumergirse rotando sobre su propio eje. El objetivo es impresionar a la hembra y mostrarle sus cualidades, demostrándole que puede llegar a ser un gran padre. Si hay otros delfines cerca, se mostrará fuertemente agresivo frente a ellos, pero nunca entrará en una pelea en presencia de la hembra. Los delfines rosados macho tienen ese color característico por la cicatrización de sus heridas debidas a enfrentamientos con otros machos. El tener un color más fuerte significa que se ha enfrentado en más oportunidades y con mayor intensidad a otros delfines una señal de prestigio y distinción.

Historias de duendes que vagan por la selva asustando a quienes se atreven a caminar de noche por ella, celosos de su hábitat no quieren que nadie interrumpa su disfrute en la espesura de la naturaleza. Historias de duendes que enseñan los secretos de las plantas de la selva y ayudan a conocer el interior de los nativos para sacar las cosas negativas por medio del Yagé.


Asombrados ante tantas historias no queríamos terminar la charla pero ya era hora de apagar la planta de energía y nos fuimos a dormir con muchos conocimientos, experiencias y emociones de un día mas en Amacayacu.

A la mañana siguiente después de un energético desayuno nos preparamos para visitar la Isla de los Micos, hacer una caminata de 4.5 kilómetros por la selva, atravesar dos lagos para observar la maravillosa Victoria Regia y avistar las Pirañas y nuevamente en tierra una caminata de 2 kilómetros por un sendero elevado para regresar al campamento de la isla de los Micos. El camino a la Isla es por el río mas o menos una hora y al llegar nos reciben con una deliciosa y fresca limonada. La primera actividad es alimentar los micos “fraile” preciosos, graciosos y muy traviesos. Estos monos fueron traidos de tierra firme por un científico griego que se instaló en la zona por los años 70's. Actualmente hay unas 8 manadas de 50 a 60 micos cada una pero por aquello del equilibrio ecológico y la cadena alimenticia existen también serpientes que habitan en los árboles y gavilanes que impiden la reproducción exagerada de los micos. Cuando les ofrecemos alimento saltan a la cabeza, brazos, se agarran a las piernas pero no de dejan coger......son una belleza y mientras nos hacemos fotos pasa un buen rato viendo las gracias de estos lindos primates.

Volvemos al salón múltiple y allí nos imparten algunas instrucciones como no pisar las raices o los troncos, no cogerse de los bejucos sin ver antes si hay algún bicho, pisar fuerte en los charcos y tener los sentidos abiertos y despiertos para el disfrute que ofrece la selva. Nuestro guía, un experto en botánica nos muestra cada planta y el uso medicinal o cualquier otro uso que los nativos le dan. “Tangarama” árbol sagrado para los Tikunas que tiene una extraña simbiosis con las hormigas que le habitan. El árbol no puede vivir sin ellas ni ellas sin él. Cometer una falta significaba al indígena ser atado a este árbol durante 3 días y soportar la picadura de estas hormigas algunas veces hasta causarle la muerte. Es un palo delgado y alto y al final una pequeña copa. “Acacia” Enormes árboles entre los 40 y 60 metros, hogar de pájaros exóticos y de micos. “Yarumo” un tipo de palma silvestre de donde sacan los nativos la materia prima para hacer los canastos. “Cedrillo” “Cañagria” “Achiote” de donde sacan tintas vegetales para decorar las yanchamas con dibujos alusivos a la selva y a su vida cotidiana.

Una hermosa Flor llamada “Cresta de Gallo” . Una hormiga que sirve para cerrar las heridas. Los nativos la ponen en el lugar de la herida y la hormiga cierra sus patas haciendo el efecto de una grapa. El cuerpo es arrancado y las patas quedan cerrando la herida. El “Bijao” hoja para envolver los tamales y el pescado. Plantas útiles para las mujeres embarazadas, para los dolores de cabeza, de estómago, para las torceduras, para las articulaciones....en fin una maravillosa cátedra de botánica y de medicina natural. Después de varias horas llegamos a un claro de la selva y allí en una cabaña encontramos a un curandero que nos contó las bondades de la Chuchuguaza, una planta medicinal que sirve para las lesiones en las articulaciones y para las inflamaciones. Como todas las plantas medicinales su uso debe ser controlado porque pueden llegar a ser tóxicas. En el techo de la cabaña había una piel de Anaconda de 9 metros, hermosa, de colores brillantes.

Nos embarcamos en una canoa de remos y comenzamos el recorrido por un lago pequeño llamado Victoria por la presencia de Victoria Regia, el lirio más grande del mundo con hojas circulares que pueden alcanzar los 3 metros y hermosas flores. Pasamos bordeando estas hermosas plantas y admirando su dimensión y la belleza de sus hojas y por un estrecho canal llegamos al Lago Grande donde hay muchas pirañas que vemos saltar como en una danza de bienvenida. Comienza a llover pero la lluvia es un espectáculo más dentro de la actividad y hace que a la orilla del lago comiencen a gritar unos hermosos y coloridos pájaros que vuelan cuando nuestro guía golpea el agua con el remo. En tierra firme seguimos por un sendero elevado contemplando acacias gigantescas bejucos enmarañados y un árbol que cada 3 meses cambia de piel dejando ver una nueva piel de color verde y desechando una de color rojo sangre.

Las raices de los árboles se anclan sobre la tierra para buscar equilibrio ya que la capa de tierra es muy delgada y necesitan buscar cómo agarrarse para no caer por su peso. De ahí nace la leyenda de unas raices que son como hamacas sobre la tierra y dicen que esto dio idea a los nativos para hacer hamacas donde descansar. Después de un largo trayecto llegamos de nuevo a la Reserva donde nos espera un delicioso almuerzo y nuevamente vamos a despedirnos de los micos. Guacamayas y Tucanes interactuan con nosotros mientras almorzamos. Los indígenas nos ofrecen hermosas artesanías (que son mi debilidad) elaboradas en moriche, cumare y otras plantas con las que hacen pulseras, cestos, chinchorros, aderezos con semillas y escamas de pirarucú. Hermosas artesanías realizadas con Yanchama, corteza del árbol “Ojé”que alcanza de 20 a 30 metros y cuya corteza se desprende en pedazos rectangulares. Estas “telas vegetales” son pintadas por los indígenas con pinturas vegetales e igualmente hacen muñecos rituales, bolsos y otros objetos decorativos. El Palo Sangre es una madera exótica de gran dureza con la cual los indígenas elaboran hermosos objetos y tallan animales propios del Amazonas.

De regreso a Amacayacu con el corazón henchido de felicidad después de un día de muchas actividades y muchas imágenes nuevas además de muchos conocimientos compartimos las experiencias de ese día contemplando un imponente atardecer. Después de un descanso bien merecido llega el día de partir. Un poco de nostalgia pero mucho mas de felicidad y agradecimiento a Dios y a la vida por haberme permitido realizar este viaje. Malaquias conduce la lancha hasta Leticia.....Un adiós a Amacayacu.....no, mejor un “hasta luego” porque quedaron muchas cosas por hacer y muchos sitios por conocer. En Leticia tomo un mototaxi y me dirijo a Tabatinga en el Brasil. De paso por el muelle conozco los barcos que van hasta Manaos en un viaje que tarda 3 días de ida y 6 días al regreso. Son barcos grandes de madera donde se puede elegir entre hamacas, dormitorios comunales con literas y suites privadas. Estos barcos transportan mercancías y alimentos ya que Manaos es el puerto más cercano a Tabatinga. Los chocolates brasileros deliciosos y algunas fotos en las edificaciones del Ejército y la Marina dan término a mi recorrido por tierras brasileras no sin ir antes al mirador donde se puede contemplar en una sola escena las 3 fronteras Colombia-Perú-Brasil.

Me traigo el recuerdo de unos días maravillosas, traigo la amabilidad de los nativos, de la gente de Leticia, la belleza de Amacayacu, el sabor de las frutas exóticas, unos kilos de Fariña, en la retina guardo la imponencia de la selva, los animales, los paisajes, la emoción de haber logrado las metas que me impusé, la charla con gente de otros paises y culturas unidos todos por una misma causa......conocer el Amazonas.


 


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